Odio los domingos por la tarde (poesía)
Priscila Verón
Todos mis domingos por la tarde de ese verano eran renovables, volvía a ser yo, junto a la única persona con la que quería un futuro, o al menos con la que quería estar, los 7 días debía esperar para ser feliz a su lado, y esperaba cada día recordar ese domingo. Ahora, que tengo todos los días libres para llorar, su ausencia también afecta el domingo, un día que para algunos es sagrado, para mí también lo era, y ahora ya no se que día odio más.